Por mi 10 cumpleaños uno de mis amigos me regaló un libro algo grueso y de tapa dura que tenía una ilustración de un niño volando en una escoba, y un titulo raro que nunca había oido: Harry Potter y la piedra filosofal. En el momento en el que (con mucha curiosidad por saber quien era ese tal Harry) abrí el libro y empecé a leer sentí que entraba en otro mundo. Creo que me cautivó en la primera página, puede que en la primera línea. No adiviné que me marcaría tanto y que pasaría a ser un libro que leería hasta en 13 ocasiones (la espera por los siguientes hacia que me leyese los que tenia una y otra vez), ni que me sentiría cada vez más identificada con Harry, los sentimientos de los personajes y sus temores. Doy las gracias a la madre de ese niño por acordarse de mi pasión por los libros y creer que con 10 años sería capaz de leerme un libro "tan grande" (palabras de muchos niños y no tan niños por aquel entonces), pero sobre todo, por elegir ese libro o dejarse aconsejar por el dueño de la librería. Porque no solo me dio a conocer a Harry, sino que hizo que creyera en el destino. Harry Potter y yo estábamos destinados a conocernos. Cambió mi vida. Y creo que solo yo soy capaz de entender hasta qué punto lo hizo.
Hace años que finalizó la saga y dejé de disfrutar de esa espera agridulce y esas ansias por poder comprar el siguiente libro. Pero las películas aún no se han terminado, falta una, solo una. Y menos de un mes para su estreno. Para los que solo van a ver las peliculas porque sí y porque les gustan, la magia habrá terminado y en unos años se habrán olvidado de todo. Pero para los que son como yo, la magia nunca se terminará. Sólo se terminará en el momento en que dejemos de creer en ella.
Os dejo algunos de los muchos videos que he visto últimamente y que me emocionan. El de Marchin on es un tributo de un fan, lagrimilla suelta a más no poder. Aunque para llorar pero de risa, el primero. Me encanta Daniel.
Expelliarmus!
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